Guadalajara: 9 años sin la necesidad de Obispos auxiliares

La última vez que la feligresía de esta demarcación  eclesiástica  del occidente de México presencio una consagración episcopal fue en el año 2008, cuando  con pompa y platillo el Cardenal Sandoval había  promovido al episcopado a dos amigos suyos.

En tiempos del poder y la gloria del corrupto Cardenal Juan Sandoval  fue cuando la arquidiócesis de Guadalajara tuvo más Obispos auxiliares. Sandoval Iñiguez llegó a Guadalajara en 1994, y desde antes de su llegada la Arquidiócesis se había mantenido con tan solo dos obispos auxiliares, los anteriores arzobispos al menos tenían uno, aun en los años 70s -80s en que la arquidiócesis inicio el crecimiento pujante. En 1997 fue el año en que Sandoval propuso – impuso a dos de sus amigos para Obispos (ambos corruptos) José Luis Chávez Botello  un obispo  que fue promovido a Oaxaca que solo ha traído mal testimonio a la Iglesia, con su  mala administración, su romance con religiosas y otros asuntos delicados y José Trinidad González Rodríguez, hoy suspendido por el Vaticano por  malos manejos  y que vive entre su lujosa casa en el  costoso Fraccionamiento Cielo y su rancho ganadero en su pueblo natal, gracias a los dineros que logró hacerse de la malversación de fondos de la economía de la arquidiócesis y de los dineros que le dio  la Renovación carismática. Este último desde que era formador en el seminario  siempre vivió a la sombra de Sandoval, por eso nunca fue promovido a otra diócesis.

Tres años más tarde en el año 2000 fue promovida otra dupla de sacerdotes afines a Sandoval Iñiguez, el entonces formador del Seminario Miguel Romano Gómez, hoy suspendido por el Vaticano por malos manejos y escándalos y el Obispo Benjamín Castillo quien aceptado por el presbiterio fue promovido a Tabasco y luego a Celaya, que aunque ha sido buen pastor su constante manera de trabajar sencilla y bonachona le ha dado muchos dolores de cabeza sobre todo en la falta de autoridad que le caracteriza.

En 2002 volvió a promover a otros dos Sacerdotes Rafael Martínez Sainz un sacerdote de avanzada edad para  el cargo pero que apoyo económicamente a Sandoval  durante mucho tiempo, hace pensar en algunos rincones de sacristía que su nombramiento fue comprado (como abundan en Guadalajara) y  a José María de la Torre, un cura del clero de San Juan de los Lagos que  se formó en tiempos de la era de rector de Sandoval en Guadalajara, debido a las pugnas internas con el otra auxiliar Romano Gómez este fue promovido a la diócesis de Aguascalientes logrando un trabajo pastoral mediocre.

En 2006 promovió al sacerdote Leopoldo González, ligado a la masonería que trabajo por algún tiempo en la pastoral universitaria y ahora desterrado a la neo diócesis de Nogales. Los últimos nombramientos episcopales promovidos por Sandoval fueron en 2008 donde promovió al ya enclenque actual auxiliar de Guadalajara con un historial difícil de creer, del cual ya hemos hablado aquí. El otro y último sacerdote promovido es el ex formador del seminario hoy Obispo de Campeche Francisco González  conocido  (algunos dicen que familiar) de Sandoval Iñiguez desde niño y a quien beneficio con dinero de la arquidiócesis para apuntalar los negocios familiares durante el tiempo en que su hermano Juan González fungió como ecónomo diocesano y ahora desde 2016 se relegado en la parroquia de Evangelizadora de América.

Sandoval Iñiguez tenía en la lista a varios sacerdotes para promoverlos a Obispos auxiliares, pero el Vaticano detuvo esos nombramientos, la mayoría de los promovidos eran de dudosa reputación, tal como lo fueron los que anteriormente promovió y lograron llegar al episcopado. De los 15 sacerdotes que logró proponer para obispos solo  dos son de buena reputación y han sido del clero de San Juan de los Lagos, Felipe Salazar, ya obispo emérito y Pedro Vázquez actual obispo de Puerto Escondido. De los 15 promovidos 5 han sido suspendidos y otros 5 están en la mira del Vaticano por malos manejos.

El anterior arzobispo de Guadalajara mal acostumbro a su clero y a los fieles, incluso los múltiples obispos eran una especie de refrendo de poder del entonces Cardenal Sandoval, puesto que desde la llegada de Robles a dicha arquidiócesis ha demostrado que el trabajo se puede sacar con tan solo 1 obispo y no con 3 o 4  como antes se hacía, Robles ha venido confiando en su clero, descentralizando el poder que antes tenían los  auxiliares que solo  eran “monaguillos de lujo de Sandoval” que  solo entorpecían el trabajo pastoral, ahora dando el poder a los Vicarios Episcopales y a los Decanos quienes son los que han ido llevando a cabo la sinergia pastoral de Guadalajara  en la era Robles.

Y es que los Obispos auxiliares en la era Robles solo sirvieron para enriquecerse y beneficiarse de las bondades de ser obispo en la catoliquísima Guadalajara, obispos inútiles e inservibles, que en vez de evangelizar dan mal testimonio. Al menos se espera que pronto Roma dé a conocer el nombre de un Sacerdote para ocupar el cargo de obispo auxiliar, pero Roma sabe que el clero de Guadalajara está muy viciado, la solución sería traer a un sacerdote de alguna otra diócesis, para seguir mermando el ego de los sacerdotes de Guadalajara, o se repetiría el caso del entonces obispo de Tapachula Adolfo Hernández Hurtado  que fue enviado  (en los años 70s) a Zamora a solucionar unos problemas  pero que no pudo con el difícil clero,  en los tres años que estuvo y tuvo que regresar a Guadalajara como auxiliar (con tan solo 53 años)  habiendo sido titular de otras diócesis. Pareciera que la historia se repite, el actual obispo de Zamora Javier Navarro no ha podido con la problemática del clero de esa diócesis y pudiera regresar a Guadalajara como auxiliar en tiempos de la era de su mejor amigo Robles.