En tiempos del episcopado de Juan Sandoval se decía que quien tomaba muchas decisiones, hacia y deshacía en la diócesis era el Obispo Trinidad González, en efecto Don Trino, como se le conoce, movía a su antojo las piezas claves del ajedrez eclesiástico en Guadalajara.
Don Trino consagrado en 1997 y con casi 17 años de Obispo auxiliar vio pasar la promoción de varios de sus colegas auxiliares: de José Luis Chávez, José María de la Torre, Benjamín Castillo y ahora de Francisco González. Don Trino paso de ser la mano (influencia) detrás del trono en el tiempo de don Juan Sandoval ahora es un cero a la izquierda con un poder limitado. Ahora tiene 70 años y se le durmió el gallo, porque pensó que el poder de su principal impulsor y promotor (Sandoval) duraría mucho, además por que el pensaba (y quería) ser el primer Obispo de Vallarta, cuando esta se hiciera diócesis. O al menos Obispo de la codiciada diócesis de San Juan de los Lagos, cosas que no sucedieron así, por lo que le queda distraerse estos 5 años de vida episcopal que le quedan entre sus negocios personales en su opulente rancho y los negocios en el movimiento de la Renovación carismática.
Se le durmió el tren y no alcanzo a que su impulsor lo promoviera, todo por cuidarle las espaldas y los dineros.
Ahora en tiempos de Robles pues las piezas curiales poco a poco se han movido y se ha ido clarificando el enramaje del poder ad intra de la Arquidiócesis. Es un hecho que el Cardenal Robles no gobierna en su totalidad, como podría hacerlo si no conoce bien el presbiterio, conocerá a algunos pero no a todos, entonces quien supo acomodarse a la situación es el Obispo auxiliar Leopoldo González, el típico obispo carrerista y de escritorio, típicos de los que produce la arquidiócesis de Guadalajara.
Con tan solo ocho años de obispo es quien mueve la mano detrás del trono en Guadalajara. Un Obispo con poca experiencia episcopal, ya que la mayoría ha sido de oficina, en la CEM y en Guadalajara, y con poca experiencia pastoral, es ahora quien asesora, propone e impone sus fichas en el juego eclesiástico.
Y Robles para evitarse problemas y dejar que las cosas sigan su curso ha dejado, no sirvió de nada que a unos días de haber sido nombrado Arzobispo de Guadalajara el Obispo Trino haya viajado a Monterrey a ponerse a sus ordenes y platicarle como estaba la situación en Guadalajara.
Leopoldo, ligado a grupos intelectuales (masones) ha sabido meterse, y es que sabe que esta en la edad perfecta, (59 años) para escalar a otros puestos mas elevados, donde suele haber muchas mitras sin cerebro ni sensibilidad pastoral.