Se llama Juan Pablo Preciado, se ordeno en 1986. Pertenece a
una de las generaciones de Sacerdotes que han sabido influir y trabajar en
varios proyectos diocesanos entre ellos destacan Isauro Bañuelos,
Francisco García, Manuel Zarate, Manuel Plasencia, entre otros.
El Cardenal Sandoval lo eligió como su Secretario Canciller
y lo sostuvo por mas de 12 años de su episcopado. Se le relaciona mucho con el
grupo de Sacerdotes llamados “Cirecianos”, al cual pertenecen Miguel Romano,
Mariano Moreno y Enrique del Río, entre otros. Su actitud déspota y malhumorada
le ha traído varios problemas con algunos miembros del Presbiterio. Se cree
tanto que a muchos molesta que se tutee con los Obispo auxiliares.
A la llegada del Cardenal Robles se creía que en los
primeros días lo quitaría, pero lo ha mantenido en el cargo, más no lo ha
ratificado, esto quiere decir que el Cardenal Robles piensa removerlo.
En estos últimos días han llegado hasta el Cardenal varias
quejas de este Sacerdote que el mismo Juan Sandoval le regalo el titulo de
Monseñor, gracias a su dedicada labor como Canciller. El problema es que varios
asuntos, algunos delicados, ha desviado o ha bloqueado. Las quejas son muchas
tanto de laicos, religiosas y sacerdotes, todos coinciden, Juan Pablo decide
sobre la agenda del Cardenal y solo le dice lo que conviene y como le conviene.
Incluso en cierto punto maneja la agenda del Cardenal emerito Sandoval porque algunos dicen que les comenta, “el
Cardenal Robles tiene agenda llena, pero el Cardenal Sandoval podría celebrar”. El caso que como el se encuentra (su oficina) a unos pasos de la oficina del
Cardenal Robles aborda a varios que quieren
hablar con el Cardenal y les dice
que esta ocupado.
La actitud de Preciado ha molestado a muchos. De hecho el
fue el culpable de que la bomba de Ocotlan se saliera de las manos y le
estallara al Cardenal Robles, todo por
no crearle mas dolores de cabeza al Cardenal Robles, según el.
El caso de que lo mas seguro es que el Cardenal Robles lo
remueva de su cargo en estas semanas, todo por la imprudencia de un Secretario –
Canciller que cree que las cosas se siguen manejando igual que con la anterior administración.