Con
el número de jóvenes católicos que se tienen en la Arquidiócesis la
Iglesia Particular de Guadalajara ya hubiera hecho algo. La evangelización se vería
fortalecida por el espíritu fresco de la juventud, pero cada quien hace lo que
quiere, menos lo que le toca.
La
mayoría de los coordinadores de grupos juveniles se forman de manera
autodidacta, buscando libros en librerías católicas o buscando material en Internet
para apoyarse con los temas de sus muchachos. La pastoral juvenil ofrece algunos subsidios
(adviento, cuaresma, sejuve) pero en su mayoría son raquíticos y no responden a
las necesidades de los jóvenes de las distintas parroquias. Pocos, diríamos
contados son los Sacerdotes que se preocupan por los jóvenes de sus Parroquias,
muchos lo único que les interesa es que aporten
dinero u horas de trabajo en las actividades parroquiales, y si se trata
de una rifa, son candidatos idóneos para vender obligatoriamente los boletos.
Los
decanatos no están completos, hay decanatos que no tienen una estructura
pastoral, y muchos que no tienen grupos juveniles en las distintas parroquias, tanto
en los de ciudad como en los foráneos,
desde hace mucho tiempo no ha habido una
visita del equipo diocesano para animar y fortalecer los grupos.
A
finales de los 90s la
Pastoral Juvenil empezaba a despegar pero los mismos
Coordinadores y Asesores contribuyeron a su estancamiento, ya en la primer década
del siglo XXI la Pastoral Juvenil
esta agonizando. Tan así que no se tiene una capacidad de respuesta para
eventos diocesanos de gran trascendencia para la Pastoral Juvenil.
Seria
imposible pensar que algún día Guadalajara sea sede de una Jornada Mundial de la Juventud si no tiene
evangelizada de manera integral a sus jóvenes. Pocos son los jóvenes que
colaboran en su comunidad y de los movimientos ni se diga, a pesar de que hay
un área para esta realidad pastoral,
muchos prefieren trabajar solos, incluso sin la ayuda de la Pastoral Juvenil
diocesana.
Las
reuniones mensuales que se programan diario son lo mismo, aburridas, tediosas y
con poco quórum.
Mientras
el equipo diocesano de la
Pastoral Juvenil este
esperanzado a que los Coordinadores
vayan a las juntas nunca conseguirán nada, ellos tendrán que ser los
primeros misioneros en la misma diócesis, deberán visitar y fortalecer, fundar y sostener grupos en las parroquias. Parece
que están formando borregos y no lideres.
Urge
que la Pastoral Juvenil
busque a los jóvenes y sea una nueva opción
para ellos, que ofrezca
actividades. Un chavo comentaba,… “ el equipo diocesano tiene un
programa de Radio, pero quien escucha el Radio de los chavos y chavas”, hay
programas de televisión para jóvenes, pero la mayoría son aburridos y con demasiado contenido”…. Y es cierto!,
falta no una revitalización sino una reorganización y reestructuración de la Pastoral Juvenil
que agoniza, y eso no es solo tarea de los coordinadores, sino de los
catequistas, de los Sacerdotes y del mismo Cardenal y sus Obispos auxiliares,
los jóvenes…. Son los futuros laicos, los futuros Sacerdotes de una Iglesia
donde la propuesta de la
Pastoral juvenil paso a ser obsoleta.