Parece que el haber salido de su coto de poder y burbuja de confort le afectó. Visiblemente subido de peso el ahora obispo auxiliar y ex rector del Seminario no da una. Eso dicen los Sacerdotes de la Arquidiócesis.
Un Obispo-formador que exigía a sus seminaristas sobre la fraternidad Sacerdotal, la obediencia y el trabajo comprometido, ahora le cuesta trabajo, dirían algunos Curas que pareciera que Miguel no es coherente con lo que toda la vida (incluso de Seminarista) predico. Promueve la convivencia Sacerdotal pero el no convive con todos los miembros del Presbiterio, mas bien con sus mas allegados e íntimos colaboradores, casi la mayoría son Sacerdotes jóvenes, a quienes conoció de alumnos, y es que no es muy bien visto por un porcentaje del Presbiterio. La fama de don Miguel se desplomo en los últimos dos años de su gestión en el Seminario, al darle la espalda a muchos Seminaristas, al despedir sin investigar situaciones de Seminaristas que para el eran delicadas, pero que solo eran simples comentarios que le llegaban, de personas ajenas. Su ausencia en el corazón de la diócesis dejo mucho que desear, y causaba seguido molestias en algunos Curas que cuestionaban al entonces Cardenal Sandoval, quien no decía nada sobre lo que le decían de su pupilo, a quien conoció de monaguillo en la parroquia de Guadalupe Chapalita.
Hoy en día al Obispo Romano muy pocos lo invitan a sus Parroquias, y quienes lo invitan se llevan la sorpresa de que en mas de una ocasión de última hora llama para cancelar su visita y delegar al Vicario Episcopal de la zona o en su defecto al Párroco celebrar en su nombre.
El primer choque con el Cardenal Robles fue cuando Romano organizo los destinos de los neo presbíteros en la primavera del 2012, en la tradicional reunión-desayuno en la casa del Sacerdote, donde ya tenia los destinos de sus pupilos, desde luego a Roma y las mejores parroquias, pero el Cardenal Robles le dijo, - Señor Romano, las cosas cambian, la lista la hago yo -, esa es la razón por la cual ya no se envían estudiar neo presbíteros a Roma, siempre y cuando tengan por lo menos mas de 2 años de experiencia parroquia, ese fue el primer golpe que recibió, poco a poco las decisiones que ha tomado el Cardenal Robles Ortega lo han relegado a su simple oficina y a otras responsabilidades encomendadas.
Parece que su paso por Casa Alberione hace unos meses no le ha ayudado a aceptar que ya no tiene el poder que en un tiempo el Cardenal Sandoval le dio. Hoy Miguel Romano es un Obispo auxiliar, uno más, que ni siquiera participa en las ordenaciones de la institución donde dirigió por casi 10 años.
Aun quedan pendientes los casos de pedofilia que encubrió en el Seminario Menor, donde hizo caso omiso las peticiones de los padres de familia, y estos molestos acudieron a la vía legal, incluso recomendó a mas de un Seminarista a otro instituto religioso con tal de que se callara y no dijera nada.
Más de alguno le ha recomendado a Robles Ortega proponerlo a otra Diócesis como titular, tal como lo hizo con el Obispo Francisco González, pero Miguel es otro caso, y vaya que caso. Dirían algunos que ninguna Diócesis tiene la culpa de que les llegue un Obispo como el, sin capacidad de gobernar, de decidir ni capaz de tomar decisiones, porque saben que en el Seminario casi nunca tomo el las decisiones, casi siempre eran “otros” de quien luego hablaremos quienes tomaban las decisiones, eh ahí porque se le conocía al Seminario en los últimos años de Romano como una institución acéfala.
En los pasillos diocesanos se oye que posiblemente Miguel se iría fuera de Guadalajara pero no a una diócesis sino a una oficina, a la CEM, al CELAM o al mismo Vaticano, un lugar donde le haga menos daño a la Iglesia.