Festejo (y/o despedida) al Obispo emérito Miguel Romano

El 9 de abril se cumplieron 19 años  de la consagración episcopal del ex obispo auxiliar de Guadalajara Miguel Romano Gómez. Un festejo que en la arquidiócesis de Guadalajara  paso desapercibido, como  han sido en los últimos 5 años de vida del ex obispo.

El día de ayer en la cuenta de twitter del obispo de Campeche, aparecieron algunas fotos  (donde solo aparecía en una el obispo emérito)  de un sencillo festejo al aniversario de consagración de Romano, en ella se ve rodeado de sacerdotes y laicos,  ahí se aprecia a un Miguel Romano retraído, con la mirada perdida y de apariencia mal.

Remitido a un viejo confesionario de madera de una  céntrica iglesia, reducido a solo confesar dos horas diarias, así pasa los días quien ostentara el máximo poder en tiempos de Juan Sandoval.

El tema Romano es un tema que solo se cuenta en reuniones discretas entre curas, o en comidillas de seminaristas, alejado de los reflectores diocesanos el ex obispo auxiliar vive en un total aislamiento.

El tiempo, que es sabio ha dado la razón, y es que hace cinco años (en noviembre se cumplen 6) fue noticia durante varios meses la abrupta salida (renuncia) del Obispo Romano al oficio de obispo auxiliar. La pregunta obligada era ¿Por qué?, para pronto empezó a circular  uno que otro rumor, que si era un juego de poder entre el obispo saliente y el obispo entrante, que si era un castigo, que si esto que si aquello, pero no. La razón principal por la que Romano fue destituido fue por su salud mental, situación que le imposibilitaba ejercer el cargo de pastorear una Iglesia particular, sino pudo con el Seminario, menos con una diócesis.

Se sabe que Romano ha peleado la decisión papal de suspenderlo, que incluso hablo con el Papa Francisco y que inicio un proceso de demanda canónica para que se le restableciera en alguna diócesis, pero el vaticano tenia otra poderosa razón, ni la malversación de fondos en el Seminario, ni el favoritismo por ordenar seminaristas abiertamente homosexuales, ni otras cosas, sino su salud mental.

Es conocido que Romano no terminó en tiempo y forma su licenciatura en teología  espiritual en Roma, debido a una crisis emocional, para eso  su protector y principal promotor al episcopado el Cardenal Sandoval le ayudo  y le cubrió la espalda mientras se mejoraba, por eso lo invito a colaborar  en el proceso de beatificación de los mártires mexicanos en roma, en un trabajo lento y de pura investigación. Incluso a su regreso a su diócesis  no desempeño cargos pesados, tan solo fue vicario de su  parroquia de origen, en Guadalupe Chapalita, sumándose a su poca experiencia pastoral en parroquia a la única que había tenido  en la parroquia de Puente Grande, donde también fungió como vicario por unos meses.

Tiene 60 años,  casi 34 años de sacerdote, 19 años de obispo, 14 de ellos en activo y el resto  como emérito.  Debido a su salud mental y que no ha querido atenderse a Romano se le pidió no celebrar misa, desde que hace unos meses golpeo a una feligrés mientras la confesaba.

En un principio se le pidió no utilizar los signos episcopales (mitra, solideo, pectoral) pero el alegó su consagración y afirman que por  caridad lo dejaron.

Se escucha en las sacristía de la ya próxima salida de Miguel Romano de Guadalajara, una salida negociada, discreta, no como obispo ni titular ni auxiliar de alguna iglesia particular  sino como cualquier religioso, se dice que es el obispo de Campeche el que le ofreció irse a su diócesis a recuperarse,  que porque  estando en su diócesis de origen lo enferma mas. Si cuando tuvo poder Romano siendo rector se enfermó  y afectó no solo a la institución sino a varios sacerdotes y seminaristas. Y es que Romano trunco muchas vocaciones o se dejo llevar por habladurías y evito que muchos llegaran al Sacerdocio o destituyo del sacerdocio a varios, tolerando algunos casos mas delicados, ¿acaso el tiempo le estará cobrando factura?, Romano es el vivo ejemplo de un cura echado a perder como Obispo, Miguel Romano y su camarilla han hecho hasta lo imposible para que se le "haga justicia", pero  al parecer aun faltan muchos años para que suceda eso, si bien el obispo de Campeche,  hombre de todas las confianzas de Juan Sandoval se ha lanzado  a tenderle una mano, teniendo muy en  cuenta todas las consecuencias que esto conlleva.