Según los conocimientos, competencia y posición de que gozan, los fieles tienen el derecho e incluso a veces el deber de manifestar a los Pastores su opinión sobre cuestiones que pertenecen al bien de la Iglesia, y también tienen derecho a hacer conocer su opinión a los demás fieles cristianos , con el debido respeto a la integridad de la fe y la moral y a la reverencia hacia sus pastores, y con la consideración por el bien común y la dignidad de las personas. [CIC, Codex Iuris Canonicus (1983), Can. 212, § 3.]

lunes, 17 de septiembre de 2012

EL RECTOR DEL SEMINARIO Y LO QUE VIENE



El Seminario de Guadalajara esta pasando por un proceso de una lenta recuperación. Este proceso le llevara a recobrar el brillo que perdió  a lo largo de los últimos 10 años. Los alumnos tienen algo más de una semana  que ingresaron a un nuevo ciclo. Como es común en todas las casas de formación sacerdotal  el curso se inicia  con ejercicios espirituales. Y así fue, pero la sorpresa que los seminaristas se llevaron fueron dos, la primera, fue que después de tantos rumores de cambio de formadores no hubo mas que uno, y no de los 5 u 8 que  se escuchaban, y que incluso en la Curia y en los Decanatos se sabía quienes eran los que salía  La segunda sorpresa fue que muchas caras volvían a reingresar al Seminario, o sea muchos ex alumnos que tuvieron problemas con el viejo régimen estaban de regreso.

El ambiente durante los ejercicios fue algo raro, insípido, ralo. Fueron impartidos por el formador Juan Márquez quien se podría considerar con un perfil insípido dentro de los formadores.

La pregunta en el aire que los alumnos se hacen y hasta la fecha se siguen haciendo es porque el Cardenal  no removió  a algunos Sacerdotes, como por ejemplo en promoción a Catarino Espinoza, en el Menor a Walter Pérez y a Iván Preciado y en el Mayor a Mariano Moreno, Guillermo Ochoa, Fernando Barajas entre otros.

La respuesta esta muy sencilla.  Por la única razón de que el Cardenal Robles no quería que la formación en el Seminario se debilitara mas de lo que estaba, porque al cambiar varios formadores de golpe estaría mandando una señal de que efectivamente las cosas en el Seminario no andaban bien y eso daría mucho de que hablar  en la arquidiócesis, si de por si la figura del Seminario esta muy desgastada ahora con esto. Quitando a la supuesta cabeza de tajo será más fácil detectar los focos rojos.

La sabia decisión del Cardenal Robles en poner a José Miranda como rector tiene un verdadero trasfondo eclesial y de poder. Miranda un hombre de autoridad y de fuertes convicciones pastorales y humanas era el hombre indicado para ese puesto, donde la figura del rector estaba desgastada tanto en el ambiente del seminario como en el ambiente sacerdotal, una figura que era y no era a la vez, carente de autoridad, sin presencia. Lo único que adornaba a la figura del Rector era que usaba mitra, y la mitra le daba un halo de autoridad a fuerzas, una autoridad que se fue perdiendo a tal grado que  bien se sabía que solo era de adorno porque los formadores eran quienes manejaban a su antojo el Seminario.

Robles al percatarse de esto tomo una decisión, y una decisión bien, que a la fecha se palpa en los alumnos del Seminario, sobretodo en el Mayor quienes ahora sienten el verdadero cambio, y desde luego saben que todos los cambios son para mejorar.

Los formadores que salieron, sobretodo los de promoción y del Seminario Menor no era necesario que salieran, sino urgente debido a su comportamiento nada evangélico.

Ahora Robles y Miranda tendrán que saber  como manejarse a esta jauría de lobos rapaces  que se han dedicado a hacer y deshacer, y poco a poco meter sangre nueva y con la misma visión de Iglesia de Robles.

Por un lado el Padre Mariano que era el poder detrás del trono, quien con una falsa y aparente espiritualidad como lo es la Cireciana era quien controlaba a Miguel Romano y al grupo interno de los cirecianos, ahora se tiene que someter a Miranda quien tiene toda la autoridad y difícilmente podrá influir.  Cosa difícil porque en estos días se han visto los jaloneos  o patadas de ahogado que Mariano ha querido dar, y hoy  tendrá que someterse, obedecer y trabajar por el bien de la Iglesia.

El único cambio que se dio fue el de  Marco Antonio, quien extrañamente influía de una manera total sobre Miguel Romano y según eso desde antes de terminar el ciclo escolar pasado había pedido su cambio argumentando que estaba cansado  pero algunas voces cercanas dicen que su manera de ser no es compatible con la manera de trabajar de Miranda y que eso se notaba desde que Marco era seminarista. Así que hoy ya esta en su nueva Parroquia. En su lugar llego Leopoldo García quien también había sido formador, primero espiritual y luego prefecto en el Seminario Menor  antes de que llegara Miguel Romano de Rector.

Este nuevo ciclo Miranda tendrá que trabajar con este grupo. El bien sabe y conoce los entre telones del poder eclesiástico, por algo le gusta mucho y conoce la realidad mexicana y la política partidista así que bien sabe como aplacar intereses de una jauría que visiblemente le quitaron la cabeza, pero que aun la verdadera cabeza esta dentro y que va a ser difícil  someterla, pero no extirparla.

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