Urge una auditoria al
Movimiento Carismático de la Arquidiócesis. Autoritarismos ,
mentiras, persecuciones, malos manejos económicos y hasta espionaje rodean al
Movimiento que se siente dueño del Espíritu Santo en la Arquidiócesis.
Sus coordinadores han
logrado un coto de poder bajo sus
propios intereses, se llaman Alfredo Vazquez Figueroa y Juanita Mariscal López.,
la malversación de fondos que ellos han permitido no asciende a miles de pesos
sino a millones.
Los congresos, los retiros y
los cursos dejan mucho dinero, y ellos no le dan cuenta a nadie. El anterior
asesor eclesiástico los dejo hacer prácticamente lo que querían, el Padre
Antonio Olivos conocía poco de los tejes y manejes del movimiento, la cúpula
que despacha en Casa Cornelio maquilla y encubre sus fechorías y sus tracalas,
todo bajo el auspicio de el orden y la obediencia, pero ¿a quien?
El año pasado cumplió 40
años el movimiento, y lo celebraron con mucha algarabía.
El autoritarismo de sus coordinadores
ha propiciado que varios Sacerdotes estén en desacuerdo con la manera de
manejarse. Gracias al Obispo auxiliar José Trinidad Rodríguez el Movimiento ha
gozado de un poder y autoridad en lo que a lo Carismático se refiera. Ellos
deciden, hacen y mueven a su antojo. Si un Sacerdote esta haciendo lo que ellos
no creen conveniente o lo que ellos tal
vez sientan que menosprecia sus intereses entonces tratan de bloquearlo.
Son capaces de enviar a sus
miembros a espiar a Sacerdotes y laicos en los grupos donde existe algún grupo de Renovación, o
simplemente en cualquier grupo donde se hable del Espíritu Santo, florezcan los
dones y el Sacerdote practique el ministerio de Sanidad, si no se cuadra a las “normas
y directrices” entonces ellos se las arreglan para que el Arzobispado sancione
al Sacerdote por incurrir en
desviaciones doctrinales.
Un Sacerdote al cual omito
su nombre platicaba con un miembro de S&P de Guadalajara, “son capaces de meterse hasta en la forma de cómo celebras…en
la liturgia”.
Se creen una especie de policía o grupo de disciplina, que
eso si tratan de amonestar y disciplinar, cuando ellos ni siquiera tienen
disciplina. Y es que el Cardenal Sandoval para evitarse dolores de cabeza dio
la potestad al Obispo auxiliar Trinidad para hacer y deshacer con el
movimiento, ya que este fue uno de sus Coordinadores diocesanos, y en su
tiempo fungió como una especie de “policía
carismático”, su férreo trabajo logro poner en cintura a varios Sacerdotes e
incluso a varios grupos catalogados como “Rebeldes”, todo con el único fin de
evitar desviaciones en la
Iglesia católica arquidiocesana.
Sin contar los malos manejos
económicos de la construcción de “la villa del Espíritu Santo” este movimiento
necesita una auditoria, tanto material como espiritual, si es que el
Arzobispado quiere tener un movimiento a la altura de los grupos Carismáticos
mundiales mas famosos.
El nuevo asesor el Sacerdote
Efraín Rivera Saavedra tendrá que tomar
cartas en el asunto anta situación de Casa Cornelio, es por eso que se ha
rodeado de Sacerdotes conocedores del tema, pero muchos coinciden que mientras
el Obispo Trino este interesado en el movimiento difícilmente podrá hacerse algo, a menos que
directamente el Cardenal Robles intervenga, pero dudamos.