Según los conocimientos, competencia y posición de que gozan, los fieles tienen el derecho e incluso a veces el deber de manifestar a los Pastores su opinión sobre cuestiones que pertenecen al bien de la Iglesia, y también tienen derecho a hacer conocer su opinión a los demás fieles cristianos , con el debido respeto a la integridad de la fe y la moral y a la reverencia hacia sus pastores, y con la consideración por el bien común y la dignidad de las personas. [CIC, Codex Iuris Canonicus (1983), Can. 212, § 3.]

sábado, 15 de marzo de 2014

EL OCASO DEL PODER DEL OBI$$$PO TRINO



Su poder ha claudicado en el momento en que fue aceptada la renuncia de Juan Sandoval como Arzobispo de Guadalajara. La añoranza de González Rodríguez era ser un Obispo de alguna diócesis pudiente (como San Juan de los Lagos) incluso llego a promover a Puerto Vallarta como Diócesis y desde luego sugerirse como primer Obispo. Un sueño guajiro fue sentirse Obispo con derecho a sucesión. Todo esto, y gracias a Dios no sucedió. Bien dice el dicho que Dios no da alas a los alacranes.

Originario de los altos de Jalisco, nació en 1943 en el poblado de Jesús María, perteneciente a la diócesis de San Juan de los Lagos. Ordenado Sacerdote en 1972.

Sintiéndose predestinado por Dios para algo importante así fue como siguió su formación, luego de que en unas vacaciones de comunidad con sus compañeros seminaristas murieron la mayoría de sus compañeros , en el desplome del techo de donde se encontraban, y el milagrosamente se salvaba.

Un tiempo fue formador del Seminario, donde incluso ha dicho que lo espiaban, que su línea de teléfono estaba intervenida. Su protector desde que era Seminarista y formador del Seminario era Don Juan Sandoval, entonces rector del Seminario, pero en 1988 lo preconizaron Obispo de Ciudad Juárez y Trino fue enviado a parroquia. Su carácter prepotente y su forma de ser arrogante se gano muchos enemigos. Al grado que fue enviado a algunas parroquias de la periferia, y lo traían del tingo al tango. 

Cierto día en un verano de principio de los 90s se encontraba en la Parroquia de San Martin de Tours confesando, ahí se encontró con su antiguo mentor, Monseñor Sandoval quien llegaba por el entonces Párroco para irse de vacaciones, ahí se sorprendió y le pregunto lo que hacia, la platica duro poco, pero la frase que Sandoval le dijo a Don Trino fue profética: “no te preocupes, vendrán tiempos mejores”, y asi fue, año y medio después Sandoval Iñiguez era nombrado en 1994 Arzobispo de Guadalajara. A los pocos meses González Rodríguez fue nombrado párroco, asesor del movimiento de renovación, miembro del consejo de economía, miembro del consejo presbiteral, consultor y Obispo auxiliar en 1997. En efecto, los tiempos fueron mejores para don Trino.

Al inicio de su episcopado en Guadalajara Sandoval lo hizo su brazo derecho, en especial en la economía de la diócesis. Todos los asuntos económicos pasaban por las manos de Don Trino, en sus 15 años de Obispo supo manejar el poder a su antojo, era la mano detrás del trono, era quien controlaba el lobby de poder entorno a Juan Sandoval. Al grado que llego a autonombrarse el “decano de los Obispos”, en ese tiempo los obispos habían sido José Luis Chávez Botello, Benjamín Castillo, Javier Navarro, quienes poco a poco fueron promovidos a otras diócesis, mientras que Trino seguía junto a su protector. Tomaba decisiones, hacia y deshacía a su antojo, gozaba cuando el Arzobispo viajaba a Roma por largos periodos. 

De los atuendos episcopales que mas le gustan es el Báculo, por ser símbolo del poder y de la autoridad del Obispo, por esa razón en casi todas las celebraciones que presidia llevaba el Báculo, aludiendo que el Arzobispo se lo permitía por representarlo en ese evento.

Hubo un tiempo en que cuando el poder de Romano estaba en su clímax Trino se sintió desplazado, pero el coto de poder que formo con sus pupilos hacia peso con el naciente coto romanista, los miembros de estos cotos visiblemente arraigados en el entramado diocesano, pero con cabezas no sujetadas, lo que provoco que con el cambio de estafeta, se desplomaran.

El poder de Monseñor Trino se desplomo, quien en alguna ocasión llego a tener el poder en la diócesis ahora ya no tiene nada. Esto le menguo en su estado de salud, quien día a día es más delicado, gracias a su avanzada diabetes. A sus 71 años no le queda más que esperar la jubilación (a los 75) en paz. Ya que ni una diócesis ocuparía a un obispo anciano y enfermo. A menos que Robles lo cambie urgentemente, pero lo dudamos. 

Seria dedicarse a vivir su jubilación y disfrutar su vida con todo el dinero que logro acrecentar gracias a manejar las cuentas de la Arquidiócesis (y de la Renovación Carismática), una de las mas importantes de América latina. Y si no seria bien echar una mirada a sus posesiones, entre ellas un rancho de muchas hectáreas en su natal Jesús María, donde suele pasarse mucho tiempo invirtiéndole dinero, sus dineros, de este Obispo que inicio pobre y hoy tiene mucho dinero.