Según los conocimientos, competencia y posición de que gozan, los fieles tienen el derecho e incluso a veces el deber de manifestar a los Pastores su opinión sobre cuestiones que pertenecen al bien de la Iglesia, y también tienen derecho a hacer conocer su opinión a los demás fieles cristianos , con el debido respeto a la integridad de la fe y la moral y a la reverencia hacia sus pastores, y con la consideración por el bien común y la dignidad de las personas. [CIC, Codex Iuris Canonicus (1983), Can. 212, § 3.]

sábado, 5 de abril de 2014

MIGUEL ROMANO: UN OBISPO CORRUPTO




En Guadalajara Don Miguel Romano se ha vuelto sinónimo de traición, doble cara, cinismo y corrupción. Y es que para muchos del presbiterio tapatío Miguel Romano pasó de ser el Obispo bueno, el formador que alguna vez se manejo con la bandera de nerd, de santo,  de tonto, al Obispo cínico y corrupto.

Seminaristas, ex seminaristas y Sacerdotes han sido las principales víctimas de un hombre que habla mucho de Santos y santidad pero que nada aplica a su propia vida. Rodeado y protegido por un gueto de sus “amiguitos”, en su mayoría sacerdotes jóvenes y ex formadores del Seminario, Miguel Romano se ha de dicado a hacer la vida imposible a unos y a promover a otros, en su mayoría quienes fueron sus pupilos en el Seminario y quienes ahora están ubicados en ciertas parroquias, catalogadas por muchos como buenas.

Es muy sonado en la Arquidiócesis entre los Seminaristas y Sacerdotes que para ser “grato a los ojos de Romano” se tiene que tener ciertas características: de buen porte, blanco, de preferencia güero y con capacidad de aguantarle sus aburridas y lentas pláticas, por algo el mote que los Seminaristas le pusieron “Dormiguel”.

Se ha vuelto un Obispo incomodo (y un estorbo para la Iglesia de Guadalajara) para la mayoría de los Curas, quienes le hablan por caridad o por compromiso. Al parecer Miguel Romano sigue haciendo de las suyas, y es que es de los pocos cotos de poder que el mismo Cardenal Robles le falta por desmantelar en su totalidad. A Miguel Romano se le ha olvidado que ya no esta en tiempos de Sandoval, el decrepito Cardenal emérito. El caso es que el otrora Cardenal en activo Francisco Robles o no sabe que hacer con este pseudo Obispo y digo pseudo, porque se supone que el Obispo debe ser amigo, padre y pastor para los Sacerdotes y Romano no ha sabido ser parejo con todos, solo con algunos, so pena de que después les de también la espalda y les aplique una puñalada.

Como diría un Cura de Guadalajara, “no se sabe porque Miguel sigue haciendo tantas pendejadas”, y el caso es que hay varios Sacerdotes que se encuentran suspendidos, como el caso de varios Seminaristas que fueron obligados a abandonar el Seminario, unos por cuestiones necesarias y otros por cuestiones ingratas. Lo que mas viene a molestar a varios Sacerdotes es la suspensión de algunos de sus compañeros, que en ocasiones por puros chismes Miguel Romano sin consultar amonesto y suspendió a los involucrados. El caso es que los “amiguitos de Don Miguel” son quienes le sirven para llevar y traer chismes (muchos de estos con un historial no tan bueno) de los miembros del Presbiterio, unos animados por ellos mismos otros por los mismos laicos.

Lo que no sabe (o se hace tonto) Miguel Romano quien se jacta de haber estudiado espiritualidad (y que por cierto no termino) es que existe un proceso interno de la Iglesia para suspender a un Clérigo. Y esas indicaciones vienen en el Código de Derecho Canónico, el cual esta al alcance de todo lector en el mismo internet.

El Código de Derecho Canónico es tajante en lo que a delitos y demandas se refiere, 1. Se tiene que se presentar una demanda por escrito a la autoridad eclesiástica competente, esta demanda debe ser presentada con las pruebas necesarias, sino no procede. 2.Si el delito es grave, el Obispo nombra un tribunal para iniciar el juicio, si no lo es el Obispo tiene la obligación de llamarle la atención al demandado y por ende aplica una penitencia. 3. El tribunal nombrado hace comparecer a quien o quienes demandan, para qe ratifiquen verbalmente y por escrito, esto asentado en un acta con firma de los demandantes. 4. Si el delito fue grave según el Código de Derecho Canónico (CDC) el tribunal hace comparecer al demandado para que responda a la demanda. Esta queda por escrito, desde luego firmada. 5. Se piden testigos de ambas partes (demandado y demandantes), mismos que son citados a comparecer y su testimonio queda escrito. Todo esto origina un expediente que es protocolizado y foliado.. 6. Si el delito es comprobado, aun siendo grave, si le compete al Obispo, el mismo dicta sentencia. Inclusive la suspensión temporal, según sea el caso. 7. Si el delito es comprobado, y es competencia de la Santa Sede, HASTA ESE MOMENTO SE ENVIA A ROMA, pero sin ninguna sentencia, porque a Roma le compete dar la sentencia. Pero en el mismo Código de Derecho Canónico existe el principio de que “EL INDICIADO ES INOCENTE, HASTA QUE NO SE DEMUESTRE LO CONTRARIO”. Estimado lector esta información antes detallada la puede encontrar en el mismo CDC, mas detallada, puede ver aquí y aquí.

El caso es que el inepto pseudo Obispo Miguel Romano actúa al revés. En el caso de los Seminaristas, cuando llegaba el chisme, este lo suspendía sin mas ni mas, aludiendo que los formadores en sí habían votado y estaban de acuerdo, si el Acusado hablaba con un formador, este decía que el Obispo tenia la ultima palabra y así se pasaban la bolita, nunca se investigaba y no pasaba nada mas que la expulsión del alumno, congelándolo para siempre para no poder entrar a ninguna casa de formación. Esto lo aplicaba casi siempre Romano a los alumnos que el no quería que se ordenaran, por que no eran afines a el o por que no tenían ciertas características físicas, que ya todo el presbiterio en Guadalajara conoce. Y que hace pensar no en un racismo sino en una situación un tanto delicada de las inclinaciones del Obispo.

Lo mismo pasa ahora con los Sacerdotes, no son varios, sino muchos quienes están en esta situación emprendida por el mismo Romano, con el consentimiento del Cardenal Robles, sea por ignorancia o por que conoce el caso y no hace nada. 

El Romano cuando conoce un chisme, sin investigar, sin seguir el protocolo que el derecho canónico exige, envía el caso a Roma, indicando que el Sacerdote indiciado ya fue sentenciado por el mismo, sin juicio, sin comparecencia de nadie, lo que no sabe el Obispo Romano es que el no es el ordinario del lugar, mucho menos tiene la potestad para suspender, se le ha olvidado que es un monaguillo mas del Arzobispo de Guadalajara y que sin embargo se toma atribuciones que no le competen.

Invito a los ex Seminaristas y Sacerdotes a que le pongan un alto a este rufián, que tiene demasiada cola que le pisen. Existen los medios tanto canónicos como civiles para ponerle un alto a este pseudo Obispo, todo es cuestión de que lo hablen entre los inculpados injustamente y se pongan manos a la obra. Tienen a su favor que al interior del episcopado mexicano y en el Vaticano mismo Miguel Romano no goza de buena fama, así que utilicen los medios necesarios para defenderse, no se den por vencidos

Y lo mas grave es que ¿Dónde esta el Cardenal Robles?, ¿Por qué no le marca el alto?, ¿Habrá complicidad o falta de solvencia moral para defender esas situaciones?, ¿Hasta cuando los Sacerdotes de Guadalajara encontraran el apoyo de su Arzobispo?

Con esta actitud pasiva del Cardenal Robles se sigue ganando el mote de OPACO ROBLES, por no hacer nada, solo disfrutar de la socialité que le brinda el cargo, que desde luego no le gusto, pero que ha sabido   aprovechar para su propio beneficio.