Desde hace varios meses nos han llegado reportes de esta comunidad ubicada al norte de Guadalajara, en Zapopan. Se trata de la actitud nada pastoral y humana del actual Párroco de esta comunidad.
El párroco se llama Fernando Barajas Magdaleno de 64 años y con más de 30 años de Sacerdote, el pasado 26 de julio cumplió dos años al frente de esta comunidad. Un Sacerdote sin experiencia parroquial, ya que toda su vida clerical fungió como formador del Seminario en las distintas casas de formación de este.
Ya desde que era formador existían muchas quejas por parte de Seminaristas quienes afirmaban que los demás formadores conocían el fuero interno que solo al espiritual le compete, se decía que el comentaba lo que trataba con sus dirigidos, causas de expulsión de muchos de ellos.
El caso es que al cambio de la estafeta en el Seminario Barajas Magdaleno era un estorbo, literal, un estorbo para la formación de los futuros sacerdotes, un sacerdote amargado y con abundantes problemas psicológicos no servia en el seminario. El mismo perfil lo llevo a la comunidad donde fue asignado a su salida del Seminario, una comunidad pujante que ha caminado poco a poco con sus diversos problemas. El Párroco anterior, intimo amigo del ex Obispo Romano, y después de tanto tiempo de estar en la comunidad, se vicio, que si no fuera por los vicarios, la comunidad se haya ido en picada. Cuando lo cambiaron, los fieles esperaban un cambio, una transformación más en lo espiritual que en lo material, pero hoy se han dado cuenta que es un fiasco, el carácter y los problemas psicológicos del actual Párroco han mermado el apostolado en esta pujante comunidad parroquial.
La gente se queja, los agentes de pastoral se han cambiado de parroquia por que en realidad "no se puede trabajar con este Párroco", las quejas han ido y venido al Arzobispado sin ninguna respuesta.
El dilema en general es si el Sacerdote esta capacitado para llevar al frente una comunidad, la respuesta para muchos es no, para otros tantos prefieren no contestarla, y es que el mal carácter, el ostracismo en el que vive el Sacerdote, la desconfianza y la mala manera de tratar a las personas, entre otras cosas, hace que la gente cada día desconfié de su párroco. No se diga la problemática con sus vicarios o con otros Sacerdotes de la zona, en pocas palabras el Sacerdote no sabe vivir en comunidad, ni sabe convivir con sus compañeros sacerdotes, no tiene un sentido de iglesia claro.
El problema crece y el Arzobispado no dice ni hace nada, mientras tanto, la gente se aleja de la Iglesia y las sectas se benefician de esto. Esperemos que pronto haya una respuesta, por el bien de esta comunidad.
No puedo creer lo que dice este artículo. El Pbro. Fernando fue mi director espiritual por 2 años y es de los mejores sacerdotes que he conocido. Espero que quien les este artículo pueda discernir entre las diferentes experiencias que se pueden tené al conocer a alguien. Yo prefiero quedarme con todo lo bueno.
ResponderEliminar